LA MEDITACIÓN
La meditación normalmente se usa para concentrar la mente y aliviar determinadas condiciones de salud o psicológicas, tales como la presión alta, depresión, y ansiedad. Puede hacerse sentado/a, o de una forma activa (por ejemplo, los monjes budistas practican la atención en todas sus actividades del día a día como una forma de entrenamiento mental). Lo cierto es que esta práctica tiene como fin último lograr un estado de paz total a través del control de los pensamientos y las emociones.
Con la Meditación se consigue la auténtica libertad, porque ofrece la posibilidad al ser humano de un control total sobre su cuerpo, su mente y sobre su propia vida. Supone un cambio interior exento de normas y ataduras externas. Con su práctica se logra acallar o terminar con el ruido mental, uno de los obstáculos más importantes para la persona que hace un camino de desarrollo personal o espiritual. La meditación es uno de los métodos más efectivos para erradicarlo. Por eso es tan aconsejable practicarla. También es muy efectiva para mejorar la salud física y mental. Actualmente muchos médicos y psicólogos aconsejan su práctica por sus muchos beneficios demostrados.
Para que la meditación sea productiva, es necesario que el meditante tenga claro los objetivos que desea conseguir, teniendo presente que hay que aprender a meditar bien para que sea más fácil conseguir a la larga una completa paz mental y vital. Para ello es conveniente fortalecer la voluntad. Meditar bien significa comprender el proceso de ésta y tener paciencia para ir progresado paso a paso en ella.
Las herramientas fundamentales para obtener grandes beneficios con la meditación, son la relajación y la visualización.
Otra cosa importante que tenemos que tener en cuenta es que para hacer la meditación tenemos que adoptar una determinada postura física. Es imprescindible que el cuerpo se mantenga en una posición armónica que no impida o deteriore la meditación. En general, la meditación se hace sentado, con la espalda recta y las manos sobre los muslos. Lo importante es que el cuerpo no esté forzado ni adormecido, ya que entonces será imposible meditar. Por último, hay que cuidar mucho la respiración. No olvidemos que la respiración tiene una enorme importancia en el desarrollo psíquico del individuo. En el proceso respiratorio es importante la expulsión del aire, es decir, la exhalación, que constituye el aliento de la relajación, que se ha de dejar salir por completo de forma cómoda sin la menor presión, para permitir la inmediata entrada de la siguiente bocanada de aire. En resumen, hay dejar que la respiración fluya libremente, observándola pero sin forzarla ni reprimirla, y ella sola irá creando un estado de equilibrio y armonía. Es muy importante que tengamos en cuenta no estar preocupados por el resultado que podamos obtener, porque si estamos pensando en ello, obsesionados incluso en conseguir un objetivo concreto, estaremos creando las condiciones ideales para la distracción. Debemos acostumbrarnos a meditar por lo menos una vez cada día, a la misma hora, y en el mismo lugar. No olvidar que lo importante es estar cómodo, sin luces ni ruidos molestos, en un lugar lo más tranquilo y agradable posible. Puede ser de ayuda escuchar alguna música relajante. No hacer los ejercicios si se tiene algún problema físico que los dificulte, o alguna contraindicación médica. Al momento de comenzar la persona debe estar tranquila, sin dolores o estados emocionales que le perturben.
PASOS A SEGUIR:
- Postura cómoda
- Relajación del cuerpo físico
- Relajación de la mente: Eliminar pensamientos perturbadores.
4. Desconectarse totalmente del exterior
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